Cuando hablamos de inteligencia de negocio lo primero que se nos viene a la mente es el proceso de creación de conocimiento y de aprovechamiento del mismo para la toma de decisiones. Pero el Business Intelligence ofrece además muchas ventajas a las empresas que deciden hacer uso de estas habilidades o tecnologías. A continuación vamos a enumerar algunas de ellas:
- Incremento del volumen de clientes. Aprenderemos de nuestros clientes para conocer mejor sus preferencias, costumbres, hábitos de compra, evoluciones…, pudiendo de esta forma diseñar y llevar a cabo estrategias personalizadas generando el valor añadido que necesita cada segmento de clientes.
- Retención de clientes. Conociendo a los mismos, podremos realizar un continuo proceso de fidelización, sorprendiendo a nuestros clientes con lo que necesitan en cada momento.
- Incremento de las ventas, consecuencia evidente de las dos anteriores.
- Medición efectiva. Uno de los aspectos más importantes es que nos permitirá una precisa fijación de objetivos en base a los indicadores convenientes y la medición exacta de la eficacia de nuestras comunicaciones y promociones, obteniendo un valiosísimo feedback continuo y en tiempo real.
- Nuevas oportunidades de negocio. A través del análisis, podremos detectar interesantes oportunidades e incluso innovadoras áreas a las que ampliar el negocio.
- Calidad de las decisiones. Disponiendo de una información más clara, detallada, correcta y organizada de forma visual, podremos tomar decisiones inteligentes y adecuadas a cada momento.
- Aumento de la productividad. La información de la que dispondremos nos permitirá optimizar nuestros procesos productivos, evitando así el consumo de recursos innecesarios y aumentando la productividad.
- Reducción de costes. Simplificando las operaciones y los procesos a través del análisis de los mismos.
- Ventajas competitivas. El conocimiento de nuestros clientes es, sin duda, un gran factor diferencial y fácilmente explotable a nivel empresarial. Además, el análisis también nos permitirá conocer mejor a nuestros competidores, identificando así sus puntos fuertes y débiles y pudiendo aprovechar esta información en nuestro beneficio.
- Satisfacción del cliente. Todo lo dicho anteriormente se traduce al final en una mayor satisfacción del cliente y provoca en él una mejor percepción sobre la empresa, el producto o la marca.